El pasado mes de septiembre del 2020 Disney anunció que Yara Shahidi, estrella de “Black-ish” (2014) y del spin off “Grown-ish” (2018), será la elegida en personificar a Tinkerbell, campanita en Peter Pan, para la versión live action de la película animada “Peter Pan” (1953).
Mediáticamente y en redes sociales se causó un revuelo digno de analizar. Por un lado muchas personas aplaudían que se eligiera a Shahidi, actriz afrodescendiente, en un personaje que culturalmente se identifica como un personaje caucasico. Muchos otros usuarios se notan molestos y describen con hartazgo que no quieren que se modifiquen las características raciales de sus personajes favoritos y que incluir a personas de distinto color de piel era una práctica forzada para tratar de hacer a Disney una empresa inclusiva.
La polémica de los casos de personas afrodescendientes no es nueva, anteriormente un debate similar se dio cuando se anunció a la cantante y actriz, Halle Baley, como protagonista del live action de “La Sirenita” (1989). En la conversación en redes sociales se encuentra el argumento de que el personaje de Ariel, en la cinta animada, era una chica danesa y de tono de piel claro.
Personalmente creo que seleccionar a personas afrodescendientes y personas que no son la norma en la industria cinematográfica comercial es una oportunidad de enriquecer al cine y de actualizarlo a una realidad que pareciere ser muchas veces ignorada, somos un planeta diverso.
Somos diversos en la forma de pensar, en nuestras características físicas, en nuestros gustos, en cómo nos identificamos, en lo que nos atrae y pereciera que estas diferencias molestan, asustan y provocan muchas veces rechazo entre todos los seres involucrados.
Muchas veces personas, grupos, instituciones toman una postura de rechazo y de segregación que es muchas veces racistas, es algo que ha pasado desde el inicio de la humanidad al parecer. Esta separación está tan presente que muchas veces no lo notamos. Considero que cuando decimos que la inclusión es forzada o se siente impuesta, muchas veces, es porque estamos tan acostumbrados a la separación, a discriminar y rechazar que cuando se nos muestra que en el mundo existe lo diferente, el primer instituto, al parecer, es negarlo.
Esta conversación debe nutrirse con todas las personas involucradas, algo que puede ser provechoso para la industria cinematográfica y el mundo en general es escuchar y entender todos las voces es no tratar de imponer sino mostrar que nuestra forma de pensar, de cómo nos vemos y que nos gusta, no es la única ni la más importante y ni como deben de hacer las cosas.
Creo, muy personalmente, que descalificar a una actriz o a una elección de casting y juzgar un producto cinematográfico, una obra literaria o cualquier representación artística, es simplemente poner nuestros sesgos, prejuicios y etiquetas en algo que no conocemos.
En mi opinión Disney al apostar por tener un reparto, esperando que no sea solo el reparto de personas diversas, espero que enriquezca la industria y a su vez abra la conversación y la diversidad poco a poco se vuelva lo cotidiano.
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