Es curioso imaginarse la vida en países cuyos gobiernos no podemos entender del todo. Sin embargo, y al igual que para muchos en cualquier otro territorio, la vida sigue. En esta situación se encontró Juan Padrón, nacido en Cuba en 1947, cuyas animaciones a pesar de tal vez ser limitadas en más de una manera, por la situación de su país, nacieron a su vez con un estilo único mostrando su identidad cubana para el resto del mundo.
Su carrera laboral inició como camarógrafo para las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) gracias a un primo que ya laboraba ahí.
En 1970, creó al personaje Elpidio Valdés, quien intenta liberar a Cuba de los españoles durante el siglo XIX. Su aceptación fue tal que ha sido el personaje de su creación, que cuenta con mayor longevidad. Hasta la fecha siguen produciendo sus historietas, caricaturas y películas en su país natal: tiene en su haber 21 episodios cortos y 6 largometrajes. Como dato curioso, queda que Silvio Rodríguez compuso el opening de esta caricatura.
Siempre interesado en el dibujo, las historietas y la animación, en 1974 logró hacerse del título de director de Cine de Animación en el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC).
En 1980 daría a conocer Filminutos, que fueron precisamente cortos animados de un solo minuto de duración. Su popularidad fue muy grande entre el público cubano y más tarde en otros países latinoamericanos. Casi todos estaban hechos pensando en un público adulto, y sin embargo contaban situaciones graciosas e irreales de una manera ingenua y simpática. Esta serie de cortos fueron los que dieron a conocer a Juan Padrón en otros países, con lo cual vendrían nuevas oportunidades en su carrera. Según el diario “El País”, 87 de estos cortos fueron recuperados por el Canal + de España, para ser emitidos en 1997.
Con influencias de Hanna-Barbera y la llamada “limited animation”, logró hacerse de fama internacional sobre todo a través de su largometraje “Vampiros en la Habana” de 1985.
Fue creada en colaboración del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos, Radio Televisión Española y Durniock Producciones de Berlín Occidental. En éste, durante la revolución cubana de 1930, se juega con la posibilidad de que los vampiros han creado un suero, que les permite vivir bajo la luz del sol. Otros vampiros se enteran de su existencia y desean robarlo. Si bien la animación es bastante simple, es admirable lo que se logró hacer con recursos muy limitados. Esta película está llena de situaciones cómicas y malentendidos ambientados con música y paisajes cubanos, para cualquiera que busque un entretenimiento muy distinto del que estamos acostumbrados. En palabras del mismo autor, “Cuando eres niño te dan miedo, pero a mí me resultan comiquísimos: tipos blancos, pálidos, que tienen que dormir por el día, sólo beben sangre, viven en una caja de muerto…. Me hacen gracia esas cosas que los vampiros tienen en contra”.
Quinoscopio, fue una serie de cortos animados producidos en 1986, basados en los cómics del autor argentino Quino, más conocido como el creador de Mafalda. Como tal, su humor se basa en situaciones ridículas, a veces provocadas por la inteligencia humana, otras más por su estupidez. En estos cortos se conserva el estilo de “limited animation”, de las más eficaces para contar historias humorísticas, en una manera más pulida que sus filmes antecesores. Estos fueron emitidos en muchos países de habla hispana.
Hoy en día, Juan Padrón continúa produciendo animaciones y cómics para su país. Esperamos que con la lenta pero segura apertura cubana, podamos disfrutar de muchas más de sus creaciones.
¿Alguien conocía a los Vampiros en la Habana?
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