Una nueva forma de entretenimiento
Walt Disney y su equipo habían encontrado la fórmula para crear películas animadas, no sólo cortos, sino largometrajes. En los años 30, Disney comenzó a vislumbrar no una, sino decenas de historias diferentes, principalmente cuentos de hadas. Además, fueron tales las ganancias por Blancanieves, que no sólo le permitieron pagar todas la deudas de la compañía, incluso, le permitió expandir el Estudio, con lo cual se crearía uno incluso más grande en Burbank y por supuesto, se incrementó el equipo de animadores.
Casi de inmediato al estreno de Blancanieves, un nuevo proyecto comenzó a cocinarse en los Estudios de Disney: la historia de una marioneta de madera que tiene que aprender a distinguir entre el bien y el mal para convertirse en un niño de verdad, basada en la novela de Carlo Collodi. Se trataba de Pinocchio. El proyecto no sólo debía ser visualmente atractivo, la animación debía incluso superar a su predecesora… ¡y lo hizo!
Para Pinocho, inventos como la cámara multiplano se perfeccionaron y se llevaron al límite para dar el efecto de inmersión, en escenarios como la villa donde vivía Geppetto, un recorrido por la Isla de los Juegos o hasta el interior de la Ballena Monstruo.
Pinocho no tuvo el mismo éxito que Blancanieves, en muy buena parte, debido a la Segunda Guerra Mundial, ya que había comenzado un año antes del estreno; sin embargo, el tiempo la pondría en su lugar, al grado de ser considerada la obra animada más grande jamás realizada por Disney, de hecho el mismo Walt Disney usó el tema When You Wish Upon a Star como himno de la empresa, y además, fue seleccionada para ser parte de la colección fílmica de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos y ser considerada una de las 5 mejores películas animadas de la historia, junto a Blancanieves y otra gigante en cuanto al estilo creativo, tanto de imagen como sonido: Fantasia.
Fue precisamente durante el tiempo de producción de Pinocho que Walt Disney, el Maestro Leopold Stokowski y el experto en Música Deems Taylor se juntaron para dar vida a la primer Fantasía, la cual, en un principio, no parecía “nada complicado”: una amalgama de piezas de música clásica, animadas al más puro estilo de Disney.
El proyecto no sólo fue novedoso en el uso de las más sofisticadas técnicas de animación, fue además la primera en utilizar un sistema de sonido envolvente (similar al Dolby Surround de la actualidad), conocido como Fantasound. Fue tal el gasto necesario para la distribución de dicha película, que Disney por primera vez se ocupó de la misma, sin contar con la intermediación de la RKO. Desafortunadamente para Disney, la Segunda Guerra Mundial nuevamente retrasó su estreno, siendo casi al poco tiempo que Pinocchio. Nuevamente el Estudio quedó al borde de la Bancarrota, ya que las ganancias de Pinocho y Fantasía apenas alcanzaron para cubrir los gastos del Estudio.
Walt Durante la Segunda Guerra Mundial
Los años 40 no fueron precisamente los mejores para Walt, Roy y sus animadores. Durante esta época, Dumbo (en un principio pensada para ser una Silly Symphony) y Bambi, apenas y tuvieron éxito, ya que la asistencia al cine en estos años no era numerosa, por lo que las ganancias de la compañía se vieron mermadas. Si esto no era suficiente, empezaron a crearse disturbios y malestares dentro de la compañía, esto pues, no todos los empleados recibían la misma paga o no contaban con las mismas condiciones para trabajar. Fue así como estalló en 1942 la primer huelga de trabajadores de Disney, en la cual la empresa perdió a una buena parte de sus empleados, ya fuera por despidos o renuncias. Esto fue un golpe muy duro para Walt, quien se ha dicho que, por desconfianza, desde ese momento llegó incluso a colaborar con el gobierno (y en particular con la CIA), ya que consideró el movimiento de huelga como una posible entrada del comunismo a la empresa. Además, en esos años, el Ejercito de Estados Unidos tomó el Estudio, con el fin de crear cortos de propaganda en contra del régimen Nazi y en general acerca de la guerra sin siquiera pagarle a la compañía por sus trabajos.
En pos de evitar una caída de los países vecinos de Latinoamérica en manos de los regímenes fascistas y nazis, Walt Disney, su esposa y sus más allegados animadores, viajaron a Sudamérica, siendo Walt distinguido como Embajador de Buena Voluntad en países como Argentina, Brasil, Perú e incluso México, mismos que inspiraron a los animadores a producir Saludos Amigos y Los Tres Caballeros, las cuales tenían como protagonista principal al Pato Donald mientras recibía saludos de sus parientes palmípedos de Sudamérica.
Debido a que el Estudio seguía bajo el control de la milicia estadounidense, se suspendió la producción de largometrajes, en favor de lo que se conoce ahora como Películas-Paquete, es decir, películas que consistían en varios segmentos y que se juntaban en un único largometraje. Producciones como la de Make Mine Music, Melody Time, Fun and Fancy Free (Bongo, el Oso Maravilla y Mickey y las Habichuelas Mágicas), El Señor Sapo y El Jinete sin Cabeza y Canción del Sur, fueron los trabajos más resaltables en estos tiempos.
El primer Renacimiento
Al término de la Guerra, el Estudio se encontraba nuevamente al borde de la quiebra, la crítica incluso decía que Disney había “perdido su toque”, por lo que se decidió que una nueva historia de princesas, al estilo de Blancanieves, sería su salvación. Así empezó la producción de Cinderella, la historia de la joven huérfana de padre y madre que tiene que vivir bajo el yugo y el desprecio de su madrastra Lady Tremaine y sus hermanastras Drizella y Anastasia, siendo no más que una sirvienta para ellas, hasta la aparición de su Hada Madrina, que con su magia le ayudaría a conocer y enamorar al príncipe heredero de aquél reino, no sin antes perder su zapatilla de cristal en el encuentro.
La Cenicienta (1950) fue un gran éxito, llegó incluso a ser de las películas favoritas personales de Walt Disney y fue la que impulsó el llamado primer Renacimiento de Disney, tras la cual inició la producción de Películas como Alicia en el País de las Maravillas, Peter Pan y The Lady and The Trapp (La Dama y el Vagabundo).
Así el Estudio se recuperó al grado de empezar a buscar expandirse más allá de las producciones cinematográficas, ya que la Televisión comenzaba a ser un importante medio de comunicación y por supuesto, de propaganda.
Fue también en esa época que surgió el primer equipo de Imagineers, los cuales en un principio se encargarían de la producción de programas de TV como El Club de Mickey Mouse y El Maravilloso Mundo de Disney y serían también, los encargados de diseñar las primeras atracciones del proyecto del que sería el primer parque de atracciones de la compañía, el cual se encontraría ubicado en la Zona Metropolitana de Los Ángeles, en Anaheim. Así, el 17 de Julio de 1955, abriría sus puertas por primera vez el Parque Disneyland, cuyo desarrollo contó casi por completo del ojo y visión personal del propio Walt Disney.
Disneyland se concibió en un primer momento como un parque de descanso para los empleados de Disney, quien consideraba a muchos parques del momento como sucios o mal organizados, por lo que decidió aventurarse a diseñar uno que además de tener mundos y personajes propios de sus películas y caricaturas, contaría con algunos elementos propios de sus vivencias personales; tal es el caso del tren en miniatura, ya que Walt era un aficionado a los trenes; igualmente, la calle principal del parque, muy al estilo americano, teniendo cierta semejanza del pueblo de Marceline, donde Walt creció. Disneyland se creó en un terreno de 34 hectáreas, que anteriormente había sido un naranjal. El parque innovó en el sentido de ser el primer parque dividido en áreas temáticas, además de hacer uso por primera vez de animatrónicos (como los Piratas del Caribe e It’s Just a Small World) y también por haber construido la primera montaña rusa tubular de la historia (antes todas eran hechas de madera).
La creación de Disneyland fue quizás el mejor momento de Disney, se volvió tan lucrativa su operación a un grado tal de que las películas y cortos animados comenzaron a pasar a un segundo término de la compañía.
¡Sigue con nosotros para conocer más de la historia de Walt Disney en la próxima entrega, en Real Life Cartoon!
El Logotipo de Walt Disney y Tinkerbell son propiedad exclusiva de The Walt Disney Company.