“Miss Mary V. Ford
Fragmento de una carta de rechazo laboral enviada a Mary V. Ford en 1938
… Las mujeres no hacen ningún trabajo creativo en el proceso de preparar las caricaturas a la pantalla.”
[Trad.] Walt Disney Productions”
A finales de 1930 Walt Disney estaba empeñado en terminar lo que sería su obra más representativa, la primera cinta comercial animada Blanca Nieves y los Siete Enanos. Para poder llevar a cabo esta idea necesitaba desesperadamente de artistas, incluidas a las que no se consideraban como tal, las mujeres.
Las mujeres no hacen el trabajo creativo.
Debido al éxito de los cortos animados de Walt Disney Productions, antiguo nombre de los estudios de animación de Disney; Era normal que muchos artistas quisieran empezar una carrera en la compañía del ratón entre ellos muchas mujeres que intentaban aplicar a las vacantes de animadores que el estudio ofrecía.
La respuesta era tajante, las mujeres simplemente no eran consideradas para desempeñar esa labor. Siempre se les sugería intentar entrar al departamento de entintado y pintura o coloreado (Ink & Paint). En diversas cartas de rechazo, se les invitaba a las “chicas”, cómo las llamaba Walt, a presentarse los jueves en la mañana con muestras de dibujos y acuarelas para ser consideradas en la posición.
Entrenamiento de artistas para no artistas.
Las mujeres que eran seleccionadas en el proceso de pertenecer al departamento de entintado y coloreado, como varias de ellas dicen, eran por su apariencia física y la capacidad notoria de que aguantarían las largas jornadas de trabajo.
Una vez que revisaban sus habilidades artísticas, eran seleccionadas para tomar cursos intensivos de dibujo, igual que los animadores, sólo que a diferencia de ellos, ellas no recibían paga. Lo importante para ser seleccionada era que tuvieran disposición, que estuvieran sanas y que vistieran apropiadamente. Requisitos muy ambiguos si considerábamos que algunas de las chicas que aplicaban tenían estudios en artes visuales.
Una vez que revisaban sus habilidades artísticas, eran seleccionadas para tomar cursos intensivos de dibujo, igual que los animadores, sólo que a diferencia de ellos, ellas no recibían paga. Lo importante para ser seleccionada era que tuvieran disposición, que estuvieran sanas y que vistieran apropiadamente. Requisitos muy ambiguos si considerábamos que algunas de las chicas que aplicaban tenían estudios en artes visuales.
Disney el estudio del amor
Una vez terminado el entrenamiento las chicas que concluían el entrenamiento eran seleccionadas para cada área del departamento. Las muy hábiles se dedicaban al entintado y las demás al coloreado. El nivel de exigencia era muy estricto, tenían que cuidar sus manos para que éstas no les temblaran y se les requería, a las mujeres, trabajar jornadas largas, no podían llevar su trabajo a casa y tenían pocos descansos.
Las supervisoras de los departamentos veían al área como un escalón para que las mujeres encontraran marido. La misma esposa de Walt trabajaba en el área de Ink & Paint antes de conocerse. Los matrimonios entre chicas, del entintado y coloreado, y los animadores eran una cosa de todos los días.
Muchos historiadores de la época consideran al estudio Disney de esa época como una secundaria donde los “chicos” buscaban a las “chicas” para relacionarse. Lo cuál daba pie a que se consideraran a las “chicas” como empleadas que solo buscaban pareja.
La realidad era que el interés de las mujeres por ser consideradas en el proceso creativo de la animación era poco validado.
El final de Blanca Nieves
El éxito de Blanca Nieves provocó dos grandes movimientos para los artistas de la animación en esa época. Primero a un montón de mujeres exhaustas, al estar en uno de los últimos pasos de producción, todos los problemas se hacen más grandes.
Los atrasos de los animadores, los cambios de ultimo momento, la presión por estrenar a tiempo hacían un ambiente de trabajo muy pesado. Las mujeres tenían que dejar a un lado su vida social y familiar, por un sueldo de $18 dólares a la semana a diferencia de algunos animadores que ganaban $300 dólares .
Al final la cinta fue un éxito y sus resultados financieros lograron hacer que los estudios mejoraran, desde las instalaciones hasta los salarios y se mudaron de Hyperion California hasta donde están hoy en día, Burbank California.
Pero el resultado del filme dejaba ver algo en claro, que hasta en Disney hay divisiones, al estreno del filme se les vendían los boletos a los empleados, excepto a los animadores y muchas de las mujeres trabajadores no podrían costear ver su trabajo realizado en pantalla grande. No fue hasta mayo del otro año que se organizó una proyección para todos los empleados, pero la solución llegó tarde la división ya estaba marcada, divisiones que estallarían en un pleito sindical, que dejaría a la vista las desigualdades de los trabajadores en la animación.
Pero el resultado del filme dejaba ver algo en claro, que hasta en Disney hay divisiones, al estreno del filme se les vendían los boletos a los empleados, excepto a los animadores y muchas de las mujeres trabajadores no podrían costear ver su trabajo realizado en pantalla grande. No fue hasta mayo del otro año que se organizó una proyección para todos los empleados, pero la solución llegó tarde la división ya estaba marcada, divisiones que estallarían en un pleito sindical, que dejaría a la vista las desigualdades de los trabajadores en la animación.
Lo que la guerra nos dejó
Después del pleito sindical las condiciones mejoraron para animadores y artistas de entinado y coloreado, muchas de las mujeres lograron colocarse en otros estudios como en los de la Metro-Goldwyn-Mayer, donde se les permitía trabajar desde casa y habían puestos de sólo medio turno, que les permitía a las mujeres flexibilidad para su vida familiar.
El fracaso financiero de Dumbo y Pinocho hizo que el área de entintado sufriera una gran reducción, el ingreso de la las nuevas tecnologías como las copias Xerox también afectaron el área pero la guerra dejo algo en evidencia.
Debido a la falta de “chicos” para hacer el trabajo y a que los estudios Disney fueron tomados por el gobierno de los Estados Unidos de América, Walt se dió cuenta que las mujeres no sólo podrían servir como un procesos para hacer la película.
La guerra, quien hizo que los hombres dejaran sus trabajos y se alistaran al ejercito, abrió la posibilidad de que las mujeres, quienes tomaron fuerza en el área laboral, fueran consideradas para ser artistas. Unos años después una de las artistas favoritas de Walt Disney sería Mary Blair, animadora y artista conceptual que hasta la fecha ha dejado un huella enorme en la compañía.
La visualización de la mujer como un una artista más que competente es sólo el inicio de las mujeres en la industria de la animación, no te pierdas la primera entrega y mantente al pendiente de la siguiente parte del especial de las mujeres en la animación.