Rappi, el servicio de delivery mas grande de Latinoamérica, ha anunciado que entrará al mercado del streaming musical, con la venta de productos de moda, de los videojuegos y los eventos en vivo por internet. Esta noticia me hace preguntarme: ¿Las nuevas aplicaciones móviles y sus nuevos “modelos de negocio” son una amenaza para la televisión tradicional y para la industria del entretenimiento y consumo en general?
El negocio de Rappi, Uber y demás
Es preciso explicar el nuevo modelo de negocio que estas apps tales como Rappi, Uber y demás plataformas ofrecen. Ellos brindan un servicio, en el caso de Rappi, de delivery, en donde se convierten en un intermediario entre el proveedor, por ejemplo un restaurante y el repartidor asociado con la plataforma para entregarle un producto al consumidor. Usualmente Rappi o cualquier plataforma con ese modelo cobra un porcentaje del producto consumido al proveedor al igual que al cliente y de ahí le pagan un porcentaje al repartidor.
En cierto sentido la plataforma no considera al repartidor un empleado sino un “asociado” y solo le paga por su servicio realizado. Esta forma de pago y relación, no es para nada beneficiosa para un asociado, quien si bien obtiene un ingreso que no le consume hasta ahora muchos impuestos, los demás beneficios de un empleo formal (por ejemplo servicios de salud, vacaciones y demás) son nulos.
Pero en realidad: ¿ese modelo de negocio puede considerarse un problema? La respuesta será distinta dependiendo a quién le preguntes. Uno como consumidor puede verse beneficiado por la gran disponibilidad o por la rapidez del servicio, pero en el momento de encontrarse con un problema, poder contactar con la empresa responsable o con un servicio de atención al cliente es más complicado que beneficioso. Estos servicios se escudan con ser una plataforma de internet para esconderse y no dar la cara al cliente, hasta que se tiene que involucrar a la autoridad competente.
Estos modelos no son tan novedosos, esa relación entre “plataforma” y repartidor es muy similar a las empresas que venden por catálogo; la diferencia, es que estas empresas ya son más reguladas por los organismos gubernamentales. Regulación, en el ámbito de internet y aplicaciones móviles, que apenas se empieza a gestar en países como México. Un ejemplo de esto es que ahora se limitan los depósitos en efectivo a las cuentas bancarias de los “repartidores” para que después de pasar cierta cifra, se tenga que pagar un impuesto, no importa cuál sea la procedencia de ese efectivo. Algo que afecta directamente al repartidor y no tanto a la plataforma que ofrece el servicio.
¿Una amenaza a la industria?
Regresando al punto principal; ¿podemos considerar a estas plataformas como amenazas para la industria tradicional del entretenimiento? En mi opinión no, pero solo será el inicio de un reajuste necesario para que la industria entienda mejor a la nueva forma de consumo y comportamiento de los clientes.
Con el lanzamiento de Disney+, el servicio de streaming notó que sus películas animadas se convirtieron en una de las producciones más vistas dentro de la plataforma, no quiere decir que el otro contenido no tenga vistas considerables. Esta estadística podría demostrar que ha evolucionado la forma de consumir contenido, más no tanto el contenido. No quiere decir que nos guste lo mismo, más bien que nos gustan cosas novedosas y también clásicas.
Para ahondar más en la hipótesis de que cambiaron los hábitos del consumo y contenido tenemos a la plataforma de streaming Quibi, fundada por el ex director de Dreamworks animation y de los Walt Disney Animation Studios Jeffrey Katzenberg. Este servicio está enfocado a ser sólo consumido por dispositivos móviles y que el contenido no supere los 10 minutos; el formato sería alargado como los videos de Tik Tok o las Instagram Stories. Después de los primeros meses, la plataforma perdió más del 90% de sus suscriptores.
Si bien no sabremos a ciencia cierta el porqué dicha plataforma, Quibi, perdió a sus seguidores, en mi opinión, no encontraron el balance entre la nueva forma de ver contenido y producciones que fueran atractivas o conocidas al espectador. Se escribe fácil pero es una tarea ardua el ir probando y experimentando desde contenido clásico, hasta la forma de presentarse.
Recordemos el caso de Blim, en donde Televisa desarrollador de la aplicación, estimaba que, si las personas veían su contenido en Netflix, también pagarían por verlo en su propia plataforma. Lo que no consideraron es que tenían un catálogo muy reducido a sus posibilidades y la experiencia de usuario era muy pobre.
A diferencia de Quibi y Blim; Disney+ y HBO Max utilizarán su buen prestigio de marca y sus conocidas producciones para brindar un catálogo muy amplio al público. También contarán con sus producciones originales, y en teoría contendrán lo mejor de cada una al puro estilo Netflix.
Regresando a Rappi, con su servicio de streaming musical, será muy interesante ver cómo será su desarrollo, porque si bien es una app bien establecida en el medio, su competencia goza de mejor reputación y mayor impacto. Creo que una área de oportunidad que tendrá que afrontar Rappi es que no solo se necesita a plataforma sino la estrategia necesaria para poder hacer funcionar un modelo de negocio de delivery a uno de streaming.
También hay que considere que necesitará tener buenas relaciones en el mundo musical y del entretenimiento en donde sólo existen tres grandes productoras cinematográficas y 5 productoras musicales grandes, de las que muchas veces dependen artistas independientes. Beyoncé y Jay Z intentaron incursionar en el streaming musical y no tuvieron muy buenos resultados, teniendo que cerrar su plataforma TIDAL.
¿Qué seguirá ahora?
La tendencia parece mostrar que saldrán muchas plataformas de streaming pero solo sobrevivirán las que conozcan y se adapten al mercado. Televisa, por ejemplo, cambió su estrategia y ahora venderá sus canales a diferentes plataforma de streaming como Amazon Prime, en lugar de desarrollar su plataforma.
¿El streaming se convertirá en la nueva televisión por cable? Quizá si, o quizá se hará una ventana distinta de consumir entretenimiento. También tendremos que ver cómo afectará o mejoraran las regulaciones políticas y gubernamentales a lo que parece el nuevo negocio, el entretenimiento en internet.
Tú que opinas, ¿Utilizaras Rappi como nuevo streaming de música? ¿Te abruman todas estas nuevas plataformas? Déjanos tus comentarios en lo que seguimos viendo como la lucha por conquistar el entretenimiento sigue su curso.
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